Todos hemos querido lucirnos alguna vez haciendo uso de nuestras habilidades, pero no siempre resulta como lo esperamos
Cuando eres joven y no sabes ligar todo parece una buena idea para ponerlo en práctica, incluso sacar a relucir tu habilidad con los videojuegos en un local de arcade para tratar de impresionar a la persona que te atrae. Total, ¿Qué podría salir mal?
Esta pequeña historia ocurrió a mediados del año 2002, en una sala de arcades cercana a mi casa, la cual aún vendía unos dulces llamados Asteroides -¡ah, como extraño su ácido sabor <3!-. Su servidor estaba en los últimos años de la niñez, y como el chico promedio que era, antes de cambiar de escuela quería decirle a una chica que me gustaba.
¿Cuál era el plan? Simple: Aprovechar que al final de la escuela ambos regresábamos juntos y usar las arcades que estaban en el camino para lucirme, pensando que ella quedaría asombrada por mis habilidades en Marvel vs. Capcom -ahora que escribo esto, me doy cuenta que en verdad estas cosas (ligar y los juegos de peleas) jamás han sido mi fuerte-.
Tras una pequeña caminata y una amena plática, nos acercamos a las arcades. Yo estaba nervioso, era momento de probar que esas horas libres -y kilos de tortillas frías- habían dado frutos.
Me di a la tarea de escoger mi confiable dúo de Mega Man/War Machine y mi configuración en easy -porque a pesar de la práctica, no daba las combinaciones de los especiales, pero yo sentía que sí sabía jugar-. Total, inicié la misión y las primeras batallas fueron sencillas; ¡lo mejor de todo es ella estaba echándome porras! Todo iba muy bien… hasta que un sujeto bastante más alto que yo se acercó al juego y la saludó.
El invitado en cuestión resultó ser su hermano, ella me dijo que él también jugaba, y para mi mala suerte decidió jugar contra mí para ver qué tanto me rifaba. Desde el momento en que puso su configuración en manual y su dúo era Venom y Wolverine, sabía que mis pequeñas habilidades estaban a punto de sufrir mucho.
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¿Cuál fue el resultado? ¿Acaso el poder del amor de la infancia logró darme fuerza para ganar y apantallar a la chica que quería ligar en ese arcade? Pues lamento decirles que… no. Al final, el hermano de la chica me hizo un rápido perfect, me dijo que le echara ganas, que iba bien y se fue con su hermana. Yo quedé con la moral hasta el suelo y, totalmente derrotado, tomé un par de fichas y fui a ahogar mis penas en Metal Slug hasta que me di cuenta que se hacía tarde y partí a casa.
Después de ese día ya no nos volvimos a ver pues entramos a diferentes escuelas y al parecer se cambió de casa, en ese entonces los celulares aún no eran tan populares en los niños así que nunca nos pasamos teléfonos y la comunicación se perdió con el tiempo. 🙁
Éste es sólo el primero de varios relatos que probablemente compartiré en esta sección de Mancología, porque además de estar al tanto de la industria, todos tenemos historias con los videojuegos que nos dan nostalgia , alegría o tristezas, pero a su manera todas contribuyen a que los amemos y formen parte de nuestras vidas.
¿Alguna vez intentaste ligar en un local de arcade usando tus habilidades con los videojuegos?
